Conseguir los mejores resultados en una cirugía mamaria depende en gran medida de la correcta elección del implante a colocar. Las prótesis de mama existen de diferentes formas lo que da lugar a tres tipos fundamentales: redondas, anatómicas y ergonómicas. Descubre sus diferencias para tomar la mejor decisión.

Las prótesis redondas son las que más experiencia tienen en este sector. Son las más usadas y puestas en todo el mundo, es el implante más tradicional para aumentar o reconstruir esta zona de la anatomía humana.

Los implantes redondos pueden elegirse en diferentes volúmenes y por cada uno de ellos, hay cuatro perfiles: bajo, moderado, alto o ultra alto para adaptarse a los gustos personales de las pacientes, pero también a sus características físicas y complexión corporal.

Las mujeres que necesitan o prefieren un implante para el pecho con un resultado natural en forma y poco llamativo en cuanto a volumen, es fácil que se inclinen por una prótesis en forma de gota o anatómica. Como su propio nombre adelanta, son implantes con forma de gota de agua, más estrechos y planos por la forma superior y que de forma proporcional van ensanchando y tomando volumen en la parte inferior.

La prótesis anatómica de forma ovalada imita mejor la forma clásica del seno. Su uso ha aumentado en los últimos años porque las mujeres demandan cirugías con efectos menos llamativos. Los cirujanos, sin embargo, alertan que son prótesis más difíciles de manejar y que precisan de una colocación más ajustada y exacta.

Las prótesis de mama de tipo ergonómico son las últimas en llegar al sector, pero también las más ventajosas en cuanto a resultado final; algunos cirujanos reconocen en este tipo de prótesis toda una revolución en este tipo de cirugía. Son las únicas que incorporan un microchip biocompatible con los datos de la prótesis como tamaño, dimensiones, número de serie o fecha de colocación, entre otros.

La prótesis ergonómica es de forma redonda, rellena de gel cohesivo de silicona que se adapta al movimiento de la persona que lo lleva, resultando un pecho totalmente dinámico y que cambia de forma, según la mujer está de pie o en posición horizontal, por ejemplo, tumbada.